DUELO Y ANSIEDAD ANTE LA MUERTE

Cómo explicar la muerte de un familiar a un niño pequeño.

 

Hablar sobre la muerte con un niño puede suponer una tarea complicada para los adultos. En ocasiones, cuando un familiar fallece, es duro comunicar esta noticia a los más pequeños, por lo que, con la mejor intención, algunos padres tratan de suavizar esto sin dar más explicación que “el abuelito se fue al cielo” o “el tío se ha ido a otra ciudad muy lejos”.

No obstante, hay que tener en cuenta que evitar esta conversación con ellos puede conllevar problemas a la hora de afrontar el duelo, así como dificultades a la hora de asumir la muerte.

Para evitar problemas de ansiedad ante la muerte o duelos patológicos en los más pequeños, es importante normalizar el tema y tratar de hablar de ello, si es posible, antes de que suceda el fallecimiento de una persona cercana. Esto hará que tanto el niño como el adulto puedan hablar sobre ello sin estar emocionalmente desbordados, permitiendo así que el niño asuma la muerte como un acontecimiento normal en el ciclo de la vida y que esté más preparado para afrontar el fallecimiento de un ser querido en el futuro.

Una vez tratado el tema de la muerte con el niño, conviene escuchar y preguntar acerca de sus miedos y preocupaciones y tratar de resolver todas las dudas de una manera firme y clara. Se deberá explicar que la muerte es algo irreversible, que todos nos moriremos en algún momento y que las personas que se mueren no van a volver. Una vez explicado esto, sí se le podrá decir que algunas personas piensan que cuando nos morimos vamos al cielo.

Cuando se dé la muerte de un familiar, también es conveniente tener en cuenta una serie de consideraciones. En primer lugar, se deberá comunicar el fallecimiento lo antes posible y en un lugar conocido y agradable para el niño.

Por otro lado, conviene ser claro a la hora de comunicar la noticia. No se debe tener miedo a hablar sin tapujos sobre la muerte. Si los adultos lo tratamos como un tema tabú, es probable que los niños puedan desarrollar problemas de ansiedad, trastornos del sueño, duelos patológicos, miedos irracionales hacia la muerte propia o de un familiar, etc.

Una vez el niño ha conocido la noticia, es normal que aparezca tristeza. Como para el resto de la familia, hay que asumir que esa persona no volverá a estar con nosotros y los planes que podríamos tener con ella no sucederán. Algo que puede facilitar el proceso de asimilación para el niño es acudir al cementerio. Esto favorece la comprensión y promueve un duelo sano, creando un lugar de referencia donde recordar a la persona fallecida.

No obstante, si la tristeza propia del proceso es persistente durante un largo periodo de tiempo o limita la vida cotidiana del pequeño, puede ser que el duelo no se esté gestionando de manera adecuada o que esté desarrollando ansiedad ante la muerte.

Ante sospecha de duelo patológico o ansiedad ante la muerte…

¿Cuándo debo consultar a un psicólogo infantil?

Pida cita con el psicólogo infantil si:

–       Se observan problemas para conciliar el sueño y pesadillas relacionadas con la muerte propia o de un familiar

–       Evita hablar de personas que han fallecido y evita las conversaciones en las que se les menciona

–       Después de un periodo de tiempo pertinente, el niño mantiene la tristeza con una gran intensidad que le impide llevar a cabo acciones cotidianas.

–       No quiere separarse de sus padres por miedo a que les pueda pasar algo a ellos

–       No asume la muerte de un familiar, lo niega o no lo entiende después de un tiempo desde el fallecimiento

–       Evita hacer actividades de la vida cotidiana por miedo a morir

La idea de la muerte cambia con el ciclo del desarrollo y conviene abordar el tema en diferentes momentos o cuando surjan nuevas dudas con la mayor serenidad posible.

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