Cómo actuar para que los hijos lo asimilen.
En la actualidad, los divorcios y separaciones entre las parejas son muy frecuentes. Además de las complicaciones propias de las circunstancias, cuando hay hijos de por medio existe una preocupación añadida: “¿Cómo reaccionarán?”
Es normal que los niños se sientan tristes y descolocados ante el divorcio o la separación de sus padres. Por lo tanto, es comprensible que exista un tiempo de duelo donde tendrán que asimilar y acostumbrarse poco a poco a la nueva situación.
A continuación os proponemos unos consejos para que los niños sufran lo menos posible ante la separación de sus padres:
- Hablad con ellos sin ocultar la situación. Ser claros ayudará al niño a asumir cuanto antes la ruptura. Además, seguramente el ambiente esos días en casa no haya sido muy agradable, por lo que una explicación les hará comprender y en cierto modo, les proporcionará tranquilidad frente a la incertidumbre.
- Adaptad esta conversación al nivel de madurez y la edad de vuestro hijo. Posiblemente, los más pequeños tengan dificultades para entender el “por qué” de la separación.
- Hablad de vuestras emociones y sentimientos respecto al divorcio o la separación y animad a vuestro hijo a que también exprese los suyos.
- Escuchad sus preocupaciones y validad sus emociones. Puede que tenga sentimiento de culpabilidad o miedos irracionales como “Papá se va de casa porque ya no me quiere” “Papá se va por mi culpa, porque me porté mal el otro día”
- Tened en cuenta que las reacciones del niño pueden ser muy diversas, desde el llanto hasta la ira o la negación.
- Mostrad respeto entre los miembros de la expareja. Es importante no transmitir mensajes negativos del ex-cónyuge delante del niño, ya que esto causará más dolor en él y le hará sentir obligado a tomar decisiones y asumir responsabilidades que no le corresponden.
Como siempre, recordad que estos son unos breves consejos generales. Si creéis que el duelo del niño está durando demasiado o notáis agresividad o ansiedad persistente, os recomendamos solicitar asesoramiento individualizado de un profesional de la psicología infantil.